Hablemos del contraste en la decoración

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Muchas veces nos sentimos abrumados por la cantidad de opciones de colores, texturas y diseños que podemos aplicar en nuestros espacios. Las paredes, el techo, el piso, los muebles, los accesorios y la iluminación deben combinar en un solo espacio, combinar entre sí para poder plasmar el ambiente deseado.

Por suerte para encontrar ese ansiado equilibrio y armonía existen ciertas reglas o tips que puedes seguir de manera fácil para tener la tarea más sencilla a la hora de decorar. Una de estas es el contraste. Pero, ¿en qué consiste? El contraste consiste en utilizar dos elementos opuestos, ya sea en color o en textura. Esto aporta al espacio mayor riqueza y lo vuelve más sofisticado. Como punto de partida, puedes usar colores que son opuestos en la rueda cromática y jugar con sus variaciones.

Combina los elementos con texturas que contrasten para lograr mayor realce de los mismos. Puedes usar tapices lisos para tus muebles de sala grandes en combinación con tela con textura y/o relieve en los poufs o poltronas (de bouclé o Jacquard, para dar un ejemplo).

Procura no usar un solo tono para decorar todo tu espacio. Esto hará que el ambiente se vea plano y aburrido. Tampoco uses demasiados colores para no sobrecargar. Te sugerimos que inicies con dos colores que contrasten y que predominen tonos neutrales como el beige, blanco o gris para conjugar todo y darle armonía y luminosidad.

Recuerda que en el mundo de la decoración existe una infinidad de estilos y combinaciones que puedes usar. El contraste es solo una de tantas herramientas a tu alcance.

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